miércoles, 18 de enero de 2012

Campos Indignados



Linda Flores (@Magnolisima)

El lunes 16 salió de la ciudad de Chihuahua una caravana de campesinos con rumbo a la ciudad de México. La intención de hacer el recorrido es reclamar apoyo al gobierno federal por la crisis agrícola y de subsistencia que se está sufriendo en el campo chihuahuense. Cuestiones íntimamente ligadas al cambio climático.

Días antes empezó a circular por diversos medios de comunicación que aproximadamente 50 rarámuri se habían suicidado a causa de las crisis y por ende, de la hambruna que se está viviendo en la Sierra. Frente a ello, el gobernador César Duarte Jáquez declaró que no era verdad que habían ocurrido tales suicidios, sin embargo, omitió que sí se presentan altos índices de mortalidad de niños menores de cinco años (12.5 por cada mil nacidos y de ese porcentaje mueren 8.3 por desnutrición). El gobernador añadió que en la cultura de los rarámuri no existía el suicidio, pues no era parte de su idiosincrasia. Declaraciones sin fundamento antropológico por su parte ni de su gabinete cercano.

El gobernador tampoco relacionó la nota de los suicidios con lo ocurrido durante el mes de octubre del 2011: un numeroso grupo de campesinos se manifestó frente al palacio de gobierno haciendo una denuncia por la crisis agrícola y de subsistencia que se estaba viviendo en el campo, en esa ocasión los manifestantes dejaron claro que la situación se encrudecería con el invierno.

Hoy sabemos que hay un aproximado de 200 mil cabezas de ganado perdidas y que de las 120 mil toneladas de maíz que se producían anualmente durante el 2011 solo se logró producir menos de un 50%. También sabemos que quienes han sufrido más ésta situación son todos los indígenas, no sólo los rarámuri, también la población de pimas, guarijios y tepehuanes que aún habitan en la Tarahumara y es en ellos en quienes más se ha reflejado las crisis que demandan todos los campesinos. Uno de los motivos principales la total dependencia de la lluvia, dado que el sistema de riego que utilizan es el temporal. Desde luego no se pueden dejar de lado los despojos de tierra, la violencia que se ejerce por parte de los carteles de la droga y organismos gubernamentales como el ejército, situaciones íntimamente vinculadas a la migración rural-urbana.

Me sumo a la teoría de Elizabeth Jelin cuando afirma que la memoria está en el centro de la política y la cultura recientes, ya que esto permite que surjan discusiones en torno a “democratización” en los países. La memoria de un grupo social es lo que va a dar la identidad a los grupos generando una cohesión social; como ejemplo podemos ver la colecta de alimentos, agua y cobijas para enviarlos a la Sierra Tarahumara, es en esta cohesión donde empieza a existir una verdadera solidaridad y una responsabilidad ciudadana, sin embargo, qué tanto asumen nuestro gobernantes esta responsabilidad ¿realmente entienden las problemáticas y la idiosincrasia?

Yo creo que no, recuerdo cuando el Movimiento de Mujeres de Chihuahua presentamos la Agenda de las Mujeres a los entonces candidatos a gobernador y presidente municipal, el material se presentó con los candidatos por el PAN en El Barzón de Chihuahua y con los del PRI se nos invitó a una comida en un restaurante de la ciudad (los gastos corrieron a cargo del partido). En la primera reunión con los candidatos del PAN, el aspirante a gobernador Carlos Borruel, se retiró antes de que el candidato a presidente municipal Antonio López expusiera su plan de trabajo, recuerdo que una de sus propuestas era trazar una vía que atravesara toda la ciudad, dando por hecho que todos tenemos auto en Chihuahua. Le pregunté que si tenían alguna propuesta para trabajar con indígenas migrantes que vivían en la ciudad, a lo que respondió “que vayan a los albergues”. Fue en nuestro diálogo cuando él supo que no había albergues que cubrieran sus necesidades cuando migraban. Ese día me quedó claro que no tenía idea de lo que es la migración y menos sus causas. Con los candidatos del PRI no hubo un diálogo, se expuso la agenda y nos fuimos. Aquí aplica una frase celebre: dos monólogos no hacen un diálogo. A los meses que ya teníamos nueva administración, nos reunimos con los funcionarios para darle seguimiento a la agenda. Recuerdo que algo que me impactó fueron las palabras del encargado de Educación, Cultura y Deporte, Jorge Quintana Silveira, al decir que era fundamental motivar a los niños para que salieran del país a estudiar, que hicieran maestrías y doctorados. Nunca habló de promover un proyecto para que los niños y niñas que asisten a la escuela por la tarde –en la ciudad- tuvieran el equivalente a un desayuno escolar, tampoco habló de las y los huérfanos, las y los niños indígenas, y menos nos externó que él como académico y funcionario sensible sabía que el hambre era una necesidad antes que salir del país a hacer un doctorado. Estos recuerdos me hacen entender que es evidente el poco conocimiento de nuestros gobernantes frente a la realidad en la que vivimos. Como ciudadanía debemos notar y decir la poca viabilidad de proyectos para mejorar nuestras condiciones de vida, debemos exigir proyectos viables, incluyentes y en algunos casos autogestivos.

Hay que recordar, denunciar y decir que en Chihuahua ha habido un abandono gubernamental histórico hacia los indígenas, que nuestros políticos han fomentado el cacicazgo pagando favores para que ellos puedan hoy gobernarnos. No debemos olvidar que durante la década de los noventa se denunciaron públicamente la tala inmoderada de árboles, la sobre explotación de las minas y se empezó a hablar del cambio climático. Tampoco debemos olvidar a quienes les ha arrebatado la vida tratar de cambiar realidades en la Tarahumara como fue Ernesto Rabago.

La hambruna en la Tarahumara no es un asunto de hoy. Es necesario trabajar sociedad y gobierno en lo urgente, pero debemos comenzar a agendar lo importante para verdaderamente ayudar a los indígenas con conocimiento y sensibilidad a sus realidades.















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